Llegamos a Vientiane, la capital de Laos. Nuestra primera impresión al aterrizar al aeropuerto es de sorpresa! Un aeropuerto súper pequeño en el que únicamente hay una cinta para coger las maletas. Un hombre se dedica a sacarlas de la cinta rápidamente, ya que sino se colapsa la cinta y no salen más maletas.. Por suerte, no esperamos más de 10 minutos que ya tenemos nuestra maleta en mano. Nos dirigimos al taxi services y por poco más de 5 euros nos llevan a nuestro hotel. Nuestro hotel aunque tiene un paseo hasta el centro está bien situado, tiene enfrente un centro comercial y el mercado diurno.
Nos llama mucho la atención que la 2ª planta del centro comercial sea únicamente de «joyerías», todo lo que venden es dorado…y aunque parece oro, enseguida puedes apreciar un color dorado-sin brillo-anegrentado.
Tras inspeccionar la zona, acabamos cogiendo un tuk tuk hasta la zona de restaurantes y nos zampamos dos buenas hamburguesas con patatas!
Aquí la calor es bochornosa, no corre el aire y a 4 pasos que das empiezas a sudar… No sé como se ha llegado a acostumbrar la gente que vive aquí. En serio! No corre ni una gota de aire!!!! Así que a las horas puntas es mejor que dejes de investigar y te vayas al hotel a refrescarte.
Vientiane no es muy grande, pero es la capital y aunque se sigue disfrutando de una tranquilidad que no hay en otros países sí que aquí hay más tráfico que en Luang Prabang, más ladyboys y más restaurantes para turistas!
Una vez en marcha nos fuimos a investigar un par de templos, entre ellos la estupa negra.
Llegamos al arco del triunfo, llamado Patuxai. Se puede subir arriba y ver todo Vientiane y aunque dicen que no se llegó a terminar nunca, tiene una decoración muy bonita y con muchos detalles.
Desde ahí nos dirigimos al Templo Wat That Prang, es el símbolo de Laos y el templo más venerado. Al entrar me piden que me ponga una especie de «pareo» para taparme, yo pensaba que me lo tenía que poner para tapar los hombros, pero cuando me ven unas laosianas no pueden evitar mearse de la risa, y corriendo me lo ponen correctamente, debo taparme las piernas… Ayyyy y yo haciendo el ridículo, si es que aquí nadie explica nada! jajajaja.
A la salida del templo cogemos un tuk tuk para dirigirnos al Museo y al templo Wat Sisaket. Aunque el hombre del Tuk Tuk no entiende nada de a donde queremos ir, ni con mapa, conseguimos que por fin nos deje ahí! Ambas cosas a visitar son bonitas, pero hay que pagar entrada, 50 céntimos por personas y es pequeño, se visita rápidamente.
Al lado está la casa presidencial.
En Vientiane hay también un mercado nocturno, en el que se vende mucha ropa. El mercado se encuentra al lado del río Mekong. Es muy curioso asomarte al río, ya que a poco más de 1 km tienes Tailandia y puedes ver sus casas y luces…
El Míguel el otro día me dio una sorpresa… Me llevó a un restaurante español!!!!! Yo me volvía loca…. No os podéis imaginar lo que se echa de menos la comida cuando estás fuera. Al abrir la carta y ver fuet, gazpacho, chorizo, huevos rotos con jamón, pan con alioli… mmmmm que alegría me entró!!!!!!!!!!! El restaurante se llama Pimentón y es de una mujer española casada con un laosiano francés. Esta todo buenísimo, tanto que al día siguiente volvimos para cenar! jajajaja.
Poco más podemos contar de Vientiane. Ayer nos vinimos a un hotel con piscina para relajarnos, descansar y coger fuerzas.
Aunque la capital de Laos tiene la zona turística con precios súper inflados si te vas un poco más hacía las afueras puedes ver las casas que tienen y es que es un país muy pobre. Aunque también hemos encontrado más de un cochazo por la calle…
El otro día conocimos a David, un catalán que también se esta recorriendo el sudeste asiático, con el que nos fuimos a cenar y nos contó que Laos solo tiene electricidad desde hace 40 años… así que imaginaos!
Es hora de piscina, vamos a refrescarnos un poco!!!
Besos!!!
¡ Cuantas experiencias lleváis ya!!!! Muy bueno lo del pareo y las losianas jajaja…